



El epicureísmo es un sistema filosófico enseñado por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a.C. y seguido después por otros filósofos, llamados epicúreos.
Epicuro proponía la realización de la vida buena y feliz mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la ataraxia y los vínculos de amistad entre sus correligionarios.
Este placer no debía de limitarse sólo al cuerpo, como preconizaba el hedonismo cirenaico, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo.
Además, para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad, que ellos denominaban ataraxia.
El placer puro es el bien supremo, el dolor el mal supremo. Los placeres y sufrimientos son consecuencia de la realización o impedimento de los apetitos.
La finalidad de la filosofía de Epicuro no era teórica, sino más bien práctica. Buscaba sobre todo a procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte, quedaran definitivamente eliminados.
El hombre debía rechazar la enseñanza de miedos y supersticiones. No había motivo para temer a los dioses porque estos, si bien existen, no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar ni para castigar, y por tanto ni su temor ni su rezo o veneración posee utilidad práctica.
La muerte tampoco puede temerse, porque siendo nada, no puede ser algo para nosotros: mientras vivimos no está presente y cuando está presente nosotros no estamos ya.
* Grave error que, al parecer, causó la desaparición temprana del epicureísmo. La decisión de no volver a cometerlo está tomada.
8 comentarios:
¿Ninguno le sacó fotos al mozo?, ¿Resucitamos a Roberto galán al pedo?
Una hay. Ya la subo.
¿Quién planchó el mantel?
Debe ser el mismo que puso esas hermosas servilletas de papel de rollo de cocina...
La verdat, que a vos no hay con que darte cuando organizás un encuentro, lástima que (todos juntos) hicieron que los pumas perdieran su único partido. Buajjjjjjjjjjjjajajajaja
Besos verdes.
Ya no saben qué decir.
Claro, estoy de acuerdo con Anaik. Se nota la falta del toque femenino: copas de cristal con cuchillos tramontina y servilletas de papel. ¡No podés!
Para la próxima hagan un curso de ceremonial y protocolo antes.
Faltó el toque femenino: faltó el fresita.
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